En el solsticio de diciembre, se deshierba la chakra y se celebra el ciclo de vida inicial de niños y niñas. Es el momento donde la energía femenina del universo está en su máximo esplendor para celebrar.
En esta ocasión los taitas entregan a sus hijos de 12 años el azadón y el zamarro, para que asuman el compromiso de respeto, cuidado y veneración a la Pacha Mama, en la actividad de la agricultura.
Me llena de orgullo tener tradiciones, celebraciones y una cultura en si tan rica como lo es la nuestra. Es una gran alegria que el colegio tome de manera seria aquellas tradiciones tan importantes para nosotros y nuestra identidad cultural como ecuatorianos.